Ser maestro libera

Diría Paulo Freire: “Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre”. Somos seres que atraemos experiencia y desconocimiento, la experiencia porque conocemos un fragmento de un universo el cual le damos interés, y desconocimiento porque estamos a la expectativa de agregar algo nuevo y diferente a nuestra existencia.

En estos viajes de aventuras y crecimiento, los maestros no somos nosotros, sino aquellos que con su esfuerzo nos regalaron su tiempo y la alegría y el placer de ver más allá de la ciudad y la tecnología.  Compartir con orgullo, su herencia y la vida de ser productor, me animó a preguntarme ¿qué tan liberador puede ser aprender y conocer?; la respuesta se vuelve más compleja cuando entramos como estudiantes y profesores al tiempo. Profesores porque sabemos un poco por nuestra experiencia y tenemos la habilidad de proyectar nuestras ideas en los demás. Estudiantes porque nos retroalimentamos de otros y tener ansias de progresar. 

Trabajar en equipo y comunicarnos es la base de liberarnos; así como Ruth guiaba a Rosa, Aura y otras compañeras en Guachucal o Miguel guiando a Leopoldo y a José con el teclado en la clase de Excel en El Encano, son ejemplos que con pequeñas acciones podemos transformar la vida de muchas personas así también el caso de los monitores que estuvieron acompañando a todos los grupos de formación en las herramientas informáticas.

El acto de emprender un nuevo conocimiento, tiene un valor simbólico que para cada persona es distinto, sin embargo, es una forma de querer y “estar más lejos”; pero “estar más lejos” no significa competir por ser él, mejor, sino trascender como persona y comunidad, ellos representan un micro universo de nuevas expectativas. En su imaginario lo más interesante es ser comunidad y contribuir a otros, ser comunidad.

Cuando se piensa en conjunto, se libera, existe mayor oportunidad de crecer y aprender y es así cómo nos educan siendo seres asociativos, seres que emprenden a diario una labor importante como es producir en el campo y a su vez cuidar de los recursos que nos brinda el medio ambiente. El estar en “la tulpa” se presta para liberar nuevas ideas, en donde el diálogo y el saber escuchar enseña cómo podemos transformar muchas vidas. Enseñar exige saber escuchar, es trabajar en equipo y es ponerse en los zapatos del otro, la base de enseñar se basa en eso y en muchas cosas que podemos alcanzar siempre y cuando estemos dispuestos a ayudar a crecer a los demás. Pensar en comunidad es sinónimo de ver el futuro en el presente y superar barreras.

Jim Kevyn Pinto Rodríguez
Sociólogo ParqueSoft Nariño

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